El chapulineo y la degeneración en el partido Morena en Yucatán fue posible gracias a las posturas y las lealtades tan cambiantes como el viento, y Geovanna Campos Vázquez, candidata a diputada por el distrito 04 federal por Morena, es el más claro ejemplo de esta volatilidad política.
Campos Vázquez ha demostrado ser una figura hábil en la adaptación a las circunstancias políticas del momento. En el pasado, se le vio liderando protestas y demandas en contra del proyecto del Estadio Sustentable de Yucatán, reuniendo a vecinos de Sodzil Norte y Cordemex en una campaña de defensa al medio ambiente contra esa iniciativa.
Sin embargo, su silencio ensordecedor respecto a las obras del Tren Maya, un proyecto respaldado por la administración de la 4T, plantea interrogantes sobre la coherencia y la sinceridad de sus convicciones. ¿Olvidó Campos Vázquez las razones de sus protestas pasadas, o simplemente ha adaptado su postura para coincidir con los intereses del momento?
La naturaleza cambiante de las alianzas políticas y las agendas partidistas parece haber confundido el radar político de Campos, quien un día lidera manifestaciones en contra de un proyecto y al siguiente parece ignorar los mismos principios que defendía.
¿Es Geovanna Campos una verdadera activista comprometida con las causas sociales y ambientales, o simplemente una oportunista política que aprovecha las circunstancias para mantenerse relevante en el escenario político? Esta pregunta queda abierta para el escrutinio público y el juicio de los electores.