En una escena que presagia una derrota anticipada en Mérida, el trapecista partidista Rommel Pacheco Marrufo intentó renunciar a la candidatura del partido Morena a la alcaldía meridana durante la reciente visita de la corcholata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo, consciente del amargo cáliz que le aguarda en su carrera hacia la presidencia municipal.
Sin embargo, la sonrisa se desvaneció rápidamente del rostro de Sheinbaum, quien, en un arranque de ira, mostró su verdadera faceta y le exigió a Pacheco que continúe con su candidatura en Mérida o de lo contrario, no será tomado en cuenta en su gabinete federal, para la Comisión Nacional del Deporte (Conade), que le habían prometido.
Los argumentos de Pacheco sobre la falta de respaldo económico y político del candidato a la gubernatura Joaquín Díaz Mena, con quien mantiene un distanciamiento evidente, cayeron en oídos sordos. Esta brecha se amplió aún más tras el descubrimiento de que Víctor Caballero Durán, asesor fantasma vinculado a Pacheco, es una figura polémica debido a su historial de derrotas políticas.
Como se ha revelado recientemente, Víctor Caballero es el principal consejero de Pacheco, pues él administra el dinero de la campaña, lo cual no sólo resulta indignante para el político novato, sino también para los habitantes de Mérida, dado el pasado electoral del brazo derecho del secretario de Educación de Rolando Zapata Bello, quien sufrió una derrota abrumadora ante Renán Barrera Concha en 2018.
Quizás Caballero aspire a que otro candidato, como Rommel, le arrebate su récord de derrota, ya que se prevé que Pacheco sufra una histórica pérdida frente a Cecilia Patrón Laviada.
Por ahora, Rommel Pacheco no ha logrado escapar del amargo destino que le espera, y continuará siendo el protagonista de una crónica de derrota anunciada en Mérida. La noticia no radica en si perderá, sino en la magnitud de su derrota.
Es tan patético el papel del chapulín expanista, que en esa gira de la corcholata presidencial no se le permitió subir al escenario para evitar abucheos de los morenistas, como los que ensordecieron una visita en Valladolid el 13 de octubre pasado.
