El reciente proceso de fusión entre el Hospital Regional de Alta Especialidad de Yucatán y el organismo público descentralizado llamado Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS Bienestar) ha generado preocupación y críticas en el ámbito de la atención médica en el estado.
El lema «Primero los Pobres» ha sido un pilar central en la retórica del gobierno mexicano, prometiendo una atención médica de calidad y accesible para todos los ciudadanos, independientemente de su situación económica. Sin embargo, la desaparición del Hospital de Alta Especialidad en Yucatán plantea preguntas sobre la efectividad de esta promesa.
Uno de los principales temores es que esta fusión podría resultar en un déficit de atención médica especializada en una región que ya enfrenta desafíos de acceso a la salud. La eliminación de un hospital de alta especialidad podría significar que los pacientes tengan que esperar aún más tiempo para recibir atención médica especializada o se vean obligados a trasladarse a otros lugares para recibir tratamientos específicos.
Si bien las fusiones y reestructuraciones en el sistema de salud pueden tener objetivos de eficiencia y ahorro, es importante garantizar que estas medidas no se traduzcan en un deterioro de la calidad de la atención médica. La desaparición del Hospital Regional de Alta Especialidad plantea interrogantes legítimos sobre cómo se cumplirá la promesa de brindar atención médica de calidad a aquellos que más la necesitan en Yucatán.
Los ciudadanos, líderes comunitarios y defensores de la salud pública en Yucatán han expresado su preocupación y buscan respuestas sobre cómo se garantizará el acceso a la atención médica especializada en el futuro. Esta situación subraya la importancia de mantener un diálogo abierto y transparente entre las autoridades de salud y la comunidad para abordar estas preocupaciones legítimas y asegurarse de que «Primero los Pobres» no se quede en un mero eslogan vacío en el ámbito de la atención médica.